Así funciona la motivación para hacer deporte y adelgazar
Si alguna vez has intentado hacer dieta o ejercicio para perder peso, seguro que ha habido algo que te ha llevado a empezar: la motivación. En esos primeros días en que vas a por todas a la hora de cumplir tus objetivos, la motivación es la protagonista; pero ¿Cómo funciona? ¿Qué es eso que te hace un clic en la cabeza y te anima a hacer cambios en tu vida? ¿Cómo podemos mantenerla? En el post de hoy te contamos todo lo que necesitas saber para empezar a cuidarte y que esta vez sea efectivo de verdad.
¿Cómo surge la motivación para hacer deporte o perder peso?
A veces las circunstancias nos pueden llevar a tener un estilo de vida sedentario, con ausencia de ejercicio físico, pero en el que sí está presente el estrés. Esto puede deberse a la falta de tiempo provocada por nuestros horarios, nuestras aficiones, nuestro trabajo o nuestra familia. Cuando se da esta circunstancia, las hormonas positivas (como la serotonina, la dopamina o la melatonina), no son segregadas por nuestro organismo en suficiente cantidad.
La forma más habitual de suplir esta segregación de hormonas positivas es a través de la comida; y esto ocurre porque cuando comemos un alimento que nos gusta, se libera dopamina, que nos hace sentir placer y una sensación de calma, y que puede llegar a generar adicción (en mayor o menor medida). El problema es que si mezclamos el hecho de tener una vida estresada con el sedentarismo y el uso de la comida de forma descontrolada a fin de obtener las hormonas positivas; el resultado es el sobrepeso y la falta de vitalidad.
Cuando nos encontramos en esta situación, no nos sentimos a gusto con nuestro aspecto ni con nuestro estado de salud, y es cuando decidimos empezar a cuidarnos, con el objetivo de vernos y de encontrarnos mejor. La motivación es, por tanto, fruto de un estado de salud y físico distinto al deseado; y es la perspectiva de visualizar un futuro en el que esta situación es distinta, la que nos lleva a empezar un cambio hacia nuestro objetivo.
Cuando la motivación se pone en marcha
La motivación se activa cuando consideras que el objetivo que te has propuesto es alcanzable: Cuando ves a una amiga que ha perdido peso, cuando encuentras un reto saludable que crees que te resultaría fácil hacer, cuando encuentras un profesional de la salud que ofrece buenos resultados demostrables con casos reales, etc.
Una vez que esto ocurre y empezamos nuestro cambio, hay varios factores que son clave para que la motivación se mantenga: una dieta adaptada y personalizada, un plan de ejercicio ajustado al estado físico y un autocontrol de nuestra mente.
Una dieta adaptada a tus gustos, a tu estilo de vida, al tiempo que tienes para preparar los alimentos, y a la facilidad o dificultad a la hora de preparar recetas según tu situación, es fundamental para que mantengas la motivación. Hacerlo de forma llevadera hará que cumplas con tu objetivo de forma mucho más sencilla.
Del mismo modo, un entrenamiento adaptado a tu condición física será mucho más fácil de llevar a cabo, y no te auto-pondrás excusas para no hacer deporte. Por ejemplo, si provienes de un estilo de vida muy sedentario, será más eficaz que comiences saliendo a caminar un par de veces en semana, poniéndote dos días fijos (martes y jueves por ejemplo) y aumentar los días de forma progresiva. Cuando nos hemos habituado a caminar, podemos empezar a trotar dos días por semana y de nuevo ir aumentando los días paulatinamente.
El consejo del nutricionista: Involucra a tu mente en el proceso
Existe un tercer pilar para mantener la motivación, y es la mente. Aunque estemos llevando una alimentación con la que nos sentimos cómodos, y aunque el ejercicio que realizamos sea el adecuado en cantidad e intensidad, podría pasar que tu mente empiece a hacerte un boicot, y tener esto en cuenta puede ser la diferencia entre el éxito o el fracaso en la consecución de tus objetivos.
Te ponemos un ejemplo: Imagina que estás apoyándote en el alféizar de una ventana, tomando una bebida caliente mientras miras los coches pasar bajo la lluvia. Es un momento de calma y relajante, ¿Verdad? Pero, ¿Y si te pidiera que mirases dentro de cada coche y te fijaras en cuántas personas van dentro, de qué color tienen el pelo cada una de ellas o que me dijeses si están alegres o serias? Es la misma situación, pero la calma y la tranquilidad pasan a ser estrés y agobio. Todo depende de la perspectiva de nuestra mente, la escena es la misma y lo que cambia eres tú.
Cuando estás buscando la motivación para hacer deporte y adelgazar, te puede ocurrir lo mismo. Por culpa de buscar una perfección en el proceso, puedes conseguir el resultado contrario: Empezar a tener pensamientos negativos que te hagan rendirte cuando realmente estabas avanzando. Este sería el fin de la motivación.
Para controlar este tipo de pensamientos (que es bastante frecuente que aparezcan), desde Nutrición Portela nuestra recomendación es que en tu proceso incluyas la meditación, pues te puede ayudar a controlar tus emociones. Los pensamientos negativos pueden aparecer, pero con la práctica de la meditación puedes contemplar cómo estos pensamientos pasan de largo, igual que veías los coches pasar desde la ventana con total calma.
Y si quieres un extra de motivación, aquí te dejamos algunas fotos del antes y el después de personas que han pasado por nuestra consulta:
CONTACTO
Ángel Portela
600 22 16 96
infoportelasalud@gmail.com
Política de Cookies
Política de Privacidad
Aviso legal